domingo, 17 de enero de 2010

PERDÓNALA



No querría con Ester seguir viviendo
lo que hizo ya no puede perdonarse;
que se vaya, no me agrada estar sufriendo
ciertas cosas no deben olvidarse.

Perdónala, perdónala.
Es dulce, te fue fiel, es una dama
Perdónala, perdónala
Seguro que aún ella te ama.


No querría con Ester seguir viviendo
lo que pude perdonar lo he perdonado;
esa tarde cuando ya se estaba yendo
confesó que ella nunca me había amado.


Perdónala, no obstante.
Regresa a aquellos besos como miel,
Ester te fue leal, te fue constante,
y toda la vida te fue fiel.




No querría con Ester seguir viviendo,
nuestra vida fue amarga como hiel.
Esa tarde cuando ya se estaba yendo
confesó que ella nunca me fue fiel.

(Y... ¡dale!)


Compréndela, ten calma,
fueron sólo veinte hombres hasta ayer.
Y piensa que en fondo de su alma
esa muchacha es una dulce mujer.


No querría con Ester seguir viviendo,
ya no puedo perdonar a esa muchacha.
Esa tarde cuando ya se estaba yendo
me persiguió por la casa con un hacha.

Tolérala, es solo una muchacha,
conviene que unos días no se vean.
Las mejores parejas se pelean,
y casi todas se persiguen con un hacha.

No querría con Ester seguir viviendo.
Mis amigos nunca fueron de su agrado;
esa tarde cuando ya se estaba yendo
opinó que eran todos unos vagos.

Olvídala, debes olvidarla
De esa bruja por fin te liberaste;
pero cuéntanos antes de olvidarla
qué fue lo peor, lo que no le perdonaste.


Lo último que hizo fue tremendo;
eso sí que no puede perdonarse.
Esa tarde cuando ya se estaba yendo...
decidió quedarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario